Premura de encuentro,
abrazo, sonrisa, mirada...
Eres el calor intenso del verano
amigo, hermano de búsqueda,
explorador de sueños.
Buenas y malas nos unen,
buenas y malas nos llenan
de ternura, de paz, por buscarla.
Tengo tus mismos anhelos
tus mismas ansias de futuro
por eso te siento hermano.
En racimos los conservo,
y los disfruto
en racimos pues así
me los ha entregado el Señor
y en ellos descanso y vivo
como lo hago en Él.
Gracias por cada encuentro,
gracias por el camino recorrido,
gracias porque me llaman amigo.
Gracias, mil gracias por ser
como yo, cambiantes y auténticos,
por aceptar mis enojos,
por perdonar debilidades,
por estar cuando no me encuentro...
Amigos de verdad
los amo y respeto
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