Recorriendo los programas de hoy, en radio y TV, he comprobado que es más importante para el periodismo y locución argentinos, destacar, un 11 de septiembre, los atentados ocurridos en el país del norte y no el relevante DÍA DEL MAESTRO.
Dejar de valorar los esfuerzos de los trabajadores en Argentina, se está haciendo costumbre, como así tambien la "selección" de los próceres que deben ser recordados y los que tienen que ser olvidados por la sociedad, marcando constantemente los errores y no los logros para el país en su organización inicial.
Será por esto que también entre nosotro,s la vida va pasando, sin destacar a quienes diariamente colocan su granito de arena para que la ciudad donde vivimos, la provincia que habitamos o el país al que pertencemos sean lo prósperos que son.
En fin, tampoco quiero desviar la razón de mi nota...
Un día como hoy, hace 26 años festejaba mi primer día del maestro, en el colegio que me había dado el título hacía escasos 3 meses y desde aquel día era la Seño para todos los pequeños que pasaron por las aulas donde fui maestra hasta el año 2000.
Las caritas y los recuerdos se agolpan en cada festejo, las travesuras y responsabilidades que tomaban aquellos niños, me arrancan una sonrisa y me llenan de ternura, al igual que hoy cuando entro a una escuela primaria.
Tantos niños y tantos colegas con los que aprendimos esta apostólica tarea de enseñar, esta manera de estar juntos, respetándonos y queriéndonos, haciendo un clima de aprendizaje mutuo, guiñándonos el ojo a cada paso, porque nos conocíamos de afuera de las paredes del aula.
Hoy esos niños son hombres y mujeres que buscaron sus caminos por muchos rumbos diferentes alcanzando sus sueños o inventando uno acorde a sus gustos, algunos se dejaron llevar por la marea de la vida y aun no han conseguido estar bien y ser exitosos pero poco a poco, seguramente recordarán algunas enseñanzas de tantos maestros y despacio alcanzarán sus metas.
Doy gracias a la vida por haber cruzado en mi camino maestras que me guiaron para seguir estudiando hasta hoy, porque la vida es mejor si a cada paso profesional que damos, lo rodeamos de sapiencia.
Doy gracias a la vida por haberme regalado el cariño y reconocimiento de tantos alumnos que hasta el día de hoy llegan con su obsequio y su beso para recordarme que en algún momento de su vida, mi caricia o mi severidad le sirvió para ser hoy una mujer o un hombre de bien.
Doy gracias a la vida por haberme puesto en la misma senda DE tantas colegas que me dieron la palabra justa de la experiencia, por haberme invitado a seguir estudiando, por acompañarme cuando recién me iniciaba, por compartir nuestras inquietudes, por escucharme en esta edad madura siendo jóvenes y despreocupados.
A mis alumnos, gracias por hacerme sentir aun MAESTRA-
A mis colegas, ¡FELIZ DÍA!
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