Qué jóvenes éramos, qué ingenuidad, qué vida despreocupada algunos, qué sacrificios de otros, qué dolor en aquellas familias mutiladas, qué tiempos...
Finalizando el proceso de guerras internas, nos quisieron vendar los ojos con una guerra contra el Reino Unido, se quisieron salvar ¿con una victoria frente al imperio pirata? En fin, ya no resiste análisis...
Pero en nuestras vivencias debe quedar, por cierto, lo caro que se paga en este mundo, el estar alejados de la realidad que vivimos. A cada paso debemos ser ciudadanos comprometidos con cada hora que vivimos como ciudadanos... Que no nos madruguen por ignorar lo que sucede en realidad, que no nos envuelvan con discursos de grandeza, que no nos tapen los ojos con carteles falsos. Para que esto no vuelva a suceder debamos estar comprometido con el devenir de la historia, pues la hacemos nosotros. Si participamos políticamente, seremos artífices de nuestro destino, y si no lo hacemos, también. Por eso siempre es mejor involucrarse que estar al margen de la vida. Nadie se salva solo y esto ya lo hemos aprendido.
Recuerdo eterno a quienes dieron la vida por la Patria, por la Libertad, por la Soberanía.
Gratitud a quienes siguen con vida, reconstruyendo su presente día a día.
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