Entrerriano
Tu espíritu se ha forjado
en un paisaje distinguido
torneado con aire y sol,
con aguas mansas, con dulces trinos,
con locas curvas de mil afluentes
que acarician riberas
invitando al canto, al vino, al amor.
Tu espíritu, hombre entrerriano,
anda sendas de pesca tranquila,
hermanado a los arroyos
que alimentan esperanzas e hijos…
que recorren los montes de espinillos
y le dan tregua al calor.
Eres el señor del terruño,
el dueño de islas y de aguadas,
el amo de verdes ondulados,
el señor de los aromos y del trigo
que se hace pan caliente,
que huele a amistad.
Tu espíritu, envuelve a mi tierra,
es pasión y mansedumbre
es fogón chispeante y guitarras,
es madera de ñandubay.
Es aroma de costumbres
que enseña su mano abierta
alcanza, franco, su mate
de extenso y fiel litoral.
Es tu espíritu montielero,
emblema en este mundo,
sembrado de costa a costa
mirada fraterna, persona cordial.
Y vuelcas en manantiales
tu palabra sencilla
que sabe de chamarritas
Y cadente chamamé,
Donde se cuentan historias
que se viven día a día,
y se convierten en bandera
de tradición provincial
No cambies tu idiosincrasia,
No cambies tu ser pueblero
es ese tu distintivo, tu color de aldea,
tu mejor música, tu razón de ser.
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