martes, 1 de julio de 2008

SOY LA MISMA DE AYER Y TAN DISTINTA...

Miro hacia atrás y veo la niña que fui

la adolescente que inventé en soledad.

Miro en el espejo y están las dos:

la que canta las bellezas de la vida,

la que sufre con las pérdidas,

la que inventa discursos,

la que llora sin consuelo una partida,

la que grita de alegría un regreso.

Esa que fui ha marcado profundamente,

casi a fuego, la que soy.

Tal vez la mano modeladora de mi madre,
la severidad del seño fruncido de mi padre,

las palabras de los dos,

el amor de ambos envolviéndome toda.

Al cielo puedo agradecer mis 45 años,

estos 45 que hoy llegan y me invaden.

A mi madre que casi deja la vida en la empresa,

al sufrimiento de padre, en aquel momento.

A los amigos recogidos en el camino,

a quienes fueron ejemplos de vida para mi vida.

A mi gran amor de hoy,

a nuestros hijos y a sus hijos que me llenan de orgullo.

A las flores que recibí,

a las críticas que me han hecho fuerte como un roble.

A las alegrías y a los premios,

y a los golpes y a los sueños.

Llegaron los 45 y no dolió,

apenas siento cosquillas.
1963 - 2 de julio - 2008









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