lunes, 13 de septiembre de 2010

10 AÑOS DE LA ESCUELA SECUNDARIA Nº 20



La verdad que en este mes tan agitado de campañas sindacales, de propuestas y candidatos, de choques y luchas por un lugar, no para mí, sino para la escuela que tanto he visto sufrir en estos 25 años de docente, el encuentro en el acto protocolar de los primeros 10 años de la escuela secundaria de Gilbert me ha vuelto la esperanza en lo que hago.
En esta etapa poco movida que estoy pasando, con casi nada de actividad, pensar en la escuela me hace bien, pensar en lo que hacemos los docentes para que la escuela tenga lo necesario para dar clases, me hace mejor. Pues nadie puede decir que los docentes somos unos descansados, que vamos por el sueldo, que no nos interesa el sistema, que sólo nos interesa actualizar nuestros haberes, que estamos gorditas, que no lo pasamos tan mal, que es mentira que trabajamos más de 4 hs en casa preparando material, clases, etc., etc.
Por eso no quise faltar al Acto de la escuela de Gilbert, escuela que naciera como Intermedia Rural, con la oposición de la oposición en el 2000, pero que nadie puso la firma para cerrarla cuando fue oficialismo, porque sabía que la ciudad y la zona la necesitaba y además, porque un grupo de docentes desde el mismo momento de la inauguración le puso todo el empeño y esfuerzo para que sea la mejor escuela para los chicos del lugar.
Allí llegué, en sus inicios, luego de haber tenido a mi tercer hijo, para enseñar, para aprender, para soñar con una escuela igual a las demás pero distinta, pendiente de los alumnos que se tenían, pendientes de los futuros alumnos que llegarían...
No puedo contarles las horas que pasamos no sólo dando clases, que es a eso a lo que vamos los profesores, sino las horas que pasamos haciendo proyectos, redactando notas a todas las autoridades que se nos cruzaban por la mente, para pedir lo necesario para tener una escuela equipada, las horas que nos reunimos con los padres de cooperadora pensando la mejor manera de recaudar fondos para comprar elementos, materiales, útiles, etc.
El domingo 12, durante el acto, viendo algunos de esos colegas de los primeros días de la escuela, como en una pantalla fueron pasando cada una de las tardes de ese año que trabajé en esa institución educativa. Como en una novela pude leer en mi mente las múltiples descripciones de las tardes dando clases, pensando frente a la computadora cómo redactar una nota (lo más llorona posible) para que se apiadaran de esta escuela nueva, y en el menor plazo tener lo indispensable para los chicos, hasta el sabor de las tortas fritas, o algún otro bocadillo, se aomó a mi boca, pues con él acompañábamos los pocos matesitos que compartíamos en el recreo o las horas libres, que no eran libres, estaban muy ocupadas en modelar esa nueva organización de la localidad vecina a la mía.
Y el domingo 12 me di cuenta que todos los docentes trabajamos de la misma manera, con esa fuerza avasalladora, somos como padres buscando lo que necesitan sus hijos, no aflojamos bajo ningún escollo, no nos cansamos de golpear puertas si de nuestros alumnos se trata, no dejamos nunca de luchar. Lo digo pues pude comprobar que aquellos que éramos estamos como espejados en los que hoy son y están trabajando por esta escuela de hoy, que ya no es rural, ni intermedia, ni 27 Mariano Moreno, ni 200...
Por eso la alegría de haber asistido a esa fiesta, pues es mi fiesta también aunque ya no esté en esas aulas, porque son mis compañeros aunque con muy pocos haya compartido las siestas escolares, porque esa escuela forma parte de mi carrera docente, tan rica en lugares de mi Entre Ríos, tan próspera en aprendizajes, tan llena de colegas y amigos.
Desde lo más profundo de mi corazón...
¡FELIZ CUMPLEAÑOS ESCUELA SECUNDARIA Nº 20!

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